Pero ese no es el tema. El tema es que el plazo de presentación de solicitudes ha terminado y hay once (no, diez. Uno acaba de echar marcha atrás) de ayuntamientos que se han presentado voluntarios. Podemos clasificarlos de varias formas. La primera:
*Acostumbrados a la radiactividad: Yebra y Ascó.
*Que dicen hacerlo para revitalizar el pueblo: Los demás.
Otra forma:
*Idóneos: ninguno.
*Con graves defectos para albergar un depósito permanente: Todos.
Hay que hacer un inciso: no es un cementerio permanente, está claro. Ya hay un depósito permanente (a la chita callando, desde hace muchos años). Será un lugar de almacenamiento en seco y en superficie (si se sigue la moda venida de Estados Unidos). Pero, para mí, cien años es lo mismo que mil y si entra material durante quinientos años, el depósito durará seiscientos. Así está la cosa.
La segunda clasificación vista de otra forma:
*Sin problemas políticos (con otros países) en caso de escape: Ascó y Zarra.
*Con graves problemas con Portugal si se produce una filtración: Todos los demás.
Y la más bonita de todas:
*Con manifestantes ecologistas recién venidos de todas partes para evitar la candidatura: Los primeros.
*Presentando los hechos consumados antes de que se enteraran los manifestantes: Los últimos.
Lo que indica que no todo está perdido: hay gente que piensa, y algunos son políticos. ¡Quién iba a decirlo!
¡Qué semana han tenido los ecologistas! Corriendo de un lado para otro intentando evitar la candidatura de aquí y de allá. Y si lo hubieran conseguido, habrían utilizado sus barcos y sus zodiac (a motor de gasolina, por supuesto) para evitar que lo tiraran al mar.
Los residuos nucleares son una mierda. Pero, lamentablemente son nuestra mierda: o la enterramos o tiramos de la cadena.
Continuará...